jueves, 14 de agosto de 2008

Hablando con el enemigo



En un pueblo pequeño alejado de los grandes beneficios de la ciudad, existían unos grupitos de personas que estaban divididos en dos: los chetos y los pobrecitos.
Entre ellos existía un gran conflicto, ya que tenían grandes diferencias en sus ideas y pensamientos.
Los chetos decían: “yo no remuevo la caca para no ensuciarme las manos, aunque quiera”, en cambio los más humildes no tenían ningún tipo de problema en meter las manos en la caca porque para eso existen los guantes.
Vamos a explicar esto con palabras mas sencillas así pueden entender mejor: en este lugar, dividido en polaridades nadie se hace cargo de nada, ojo, todos pueden opinar pero no se olvidan de pasar por la gran fuente para lavarse las manos.
En este sitio nadie se olvida de acotar algo en contra de algunos de sus “compañeros”.
Nadie se preocupa por nada, ni siquiera se valoran ellos mismos.
Disimulan que no pasa nada, pero con el tiempo nos vamos dando cuenta de que cada vez la cosa esta empeorando, todos mienten y ocultan lo que en realidad son o piensan.

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