jueves, 14 de agosto de 2008

Muerte en vida




El no puede, el no quiere, el vive aterrado.
Su pasado le asusta, nunca lo pudo superar, y aunque seguramente el trate de no pensar, estoy segura de que él desea que todo sea como antes, o al menos, que su vida se parezca un poco a la que ahora le parece tan lejana e imposible de alcanzar.
Se resigno a estar en soledad, encerrado entre cuatro paredes descascaradas, oliendo todo el tiempo ese olor tan desagradable a humedad, y sin un plato de comida digno en su mesa de plástico rota.
Estar tan lejos del mundo real lo arruino. Lo dejo sin ilusiones, sin proyectos. El miedo al rechazo lo esta matando, los prejuicios le carcomen el cerebro y prefiere estar así, y serle indiferente a todo. No logro salir de mi asombro, cómo un ser humano puede vivir sin ver la luz, sin tener contacto con sus amigos, su familia, saliendo cinco minutos al día para comprar algo de comida.
Yo lo solía ver, bajando de su cuartucho con miedo, cubriéndose la cara de vergüenza, asustado. Una tarde logre ver sus ojos y vi ternura, ganas de cambiar algo pero supongo que para eso, el tendría que volver al pasado que, como al principio conté, le aterra.

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